viernes, 31 de mayo de 2013
Elogio al jardín
El jardín es un templo vivo consagrado a deleitar nuestro espíritu contemplado la belleza incomparable de las flores y las maravillosas expresiones de sus formas. Las plantas que cultivamos en él, simbolizan el homenaje que le rendimos a esos seres que mantienen nuestra vida. El jardín es una muestra viviente del Reino vegetal al que acudimos para confortar nuestra voluntad admirando la hermosura de sus colores y el secreto de sus perfumes.
En él renace nuestro optimismo porque las preocupaciones cotidianas son desplazadas por la atención que le dispensamos a esos seres silenciosos que enlazan el sol con nuestra vida y vinculan la tierra – origen y consumación de nuestro cuerpo – con nuestra mente, creadora de la filosofía.
El jardín es la mansión donde veneramos a la madre de nuestra madre, porque en un jardín nació la primera mujer y porque en cada planta está la génesis de nuestra vida; sus hojas verdes originan las partículas que nos dan el movimiento y la inteligencia.
Cuando apenas conocemos las plantas sentimos el placer en mirarlas; cuando comenzamos a examinar sus partes nace nuestra inquietud por comprenderlas, y cuando profundizamos su estudio nos asombramos ante el enigma de su actividad vital.
Un jardín es una sinfonía de formas y colores, y el jardinero es el artífice de sus armonías. Cada planta es una escultura de la naturaleza; cada una estimula nuestro pensamiento y desarrolla nuestro ingenio, y por ello nos asombra que quince elementos inertes combinados por el sol, produzcan en sus células la materia que sustenta nuestro cuerpo. Un jardín es belleza que se transforma; cada hora del día la luz renueva su colorido, y cada día del año una nueva flor hace renacer nuestras esperanzas. La flor es para nosotros el símbolo de la simpatía y por ello la elegimos como mensajera del amor.
Y cuando estamos vencidos por el cansancio o abatidos por la adversidad, acudimos al jardín para dar reposo a nuestro cuerpo y vuelo a nuestra imaginación.
L.R. Parodi, en el Prólogo de la Enciclopedia argentina de Agricultura y Jardinería.
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