¿Qué cuidados necesitan las plantas de interior?
Para
poder cultivar con éxito las plantas de interior es necesario
conocerlas un poco: Las plantas que se adaptan a vivir dentro de las
viviendas son las que, en su lugar de origen, viven debajo de grandes
árboles, al amparo del sol directo, de las heladas y en un clima cálido y
muy húmedo. Al cultivarlas en el interior, debemos tratar de brindarles
condiciones de humedad, luz y temperatura similares a las de su hábitat
natural.
LA MACETA ADECUADA:
Estas plantas viven en la selva entre grandes árboles, sus raíces se
encuentran apretadas y no andan bien en macetas muy grandes. Además, es
fundamental que las macetas tengan un orificio en su base, para que
escurra el exceso del agua de riego, y no se pudran las raíces. Para que
este orificio no se tape nunca, conviene poner en el fondo de la maceta
una capa gruesa de leca o piedritas para que el agua drene mejor. Sobre
esto una capa fina de arena y luego el sustrato adecuado (tierra
mejorada).
EL SUELO:
Para
darles el alimento que necesitan, el suelo debe ser muy rico en materia
orgánica. Lo ideal sería armar un sustrato mezclando 2 partes de tierra
negra, 2 de resaca de río y 1 parte de arena gruesa, para favorecer el
drenaje y la aireación. La mayoría de estas plantas exigen suelos
livianos, y muy bien drenados que deben mantenerse siempre ligeramente
húmedos.
Si las plantas necesitan acidez, agregue una parte de turba o resaca de pino (ideal para helechos y azaleas).
EL RIEGO:
La
mayor parte de los problemas son provocados por el exceso de riego.
Normalmente estas plantas requieren riegos cada 7 a 10 días en invierno y
cada 4 o 5 en verano (Siempre es mejor regar con agua de lluvia), según
el tamaño de la maceta y la calefacción o aire acondicionado que haya
en el ambiente.
Una manera sencilla de determinar cuándo regar es introducir el dedo índice en el sustrato unos 3 centímetros, si la punta del dedo continúa seca, hay que regar la maceta.
Si en la parte superior de la tierra encontramos manchas blancas, son
sales que probablemente contenga el agua de riego. En ese caso tenemos
que retirar la capa superficial de la tierra, desecharla y renovarla.
Nunca riegue sobre el salitre ya que éste puede dañar las raíces si se
incorpora al sustrato. El agua debe echarse de manera pausada, para que
penetre lentamente y el exceso debe salir en unos minutos por el
orificio de drenaje.
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