En los tiempos que corren, donde los nervios, la ansiedad y el estrés son cada vez más frecuentes entre los habitantes de las grandes ciudades, las hierbas medicinales nos ofrecen un alivio natural, muchas veces ignorado. Es que además de ser muy bonitas y alegrar nuestros hogares nos regalan sus principios activos, tan valorados en la antigüedad y casi desconocidos en nuestros días.
Hoy hablaremos de la Melisa, una planta originaria de Europa
oriental y Asia menor, que se adapta muy bien a nuestro clima, tanto en tierra
como en macetas. La infusión de melisa, de agradable sabor a limón, es uno de
los remedios más utilizados por nuestros abuelos para aplacar los nervios y los
problemas que éstos producen en nuestro organismo.
La melisa tiene la propiedad de tranquilizarnos y restaurar
el equilibrio personal en situaciones de estrés personal, causado por múltiples
causas de la vida moderna. Es un
excelente tónico nervioso y digestivo, capaz de templar los ánimos alterados,
de reducir la ansiedad y la irritabilidad nerviosa. Se considera como un
recurso adecuado para eliminar las palpitaciones cuando son de origen nervioso,
proporciona una sensación de relajación, ayuda a conciliar el sueño y a bajar
la tensión arterial cuando es originada por los nervios. Influye también en
digestiones difíciles, muchas veces causadas por los nervios.
REMEDIO CASERO: Colocar una cucharada sopera de hojas y
flores secas en una taza. Verter agua a punto de ebullición, tapar (para que no
se evaporen las propiedades que se encuentran en sus aceites esenciales) y
dejar reposar tapado, durante 15 minutos. Lo ideal es ingerirlo caliente o
templado, a pequeños sorbos, 3 o 4 tazas al día.
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